Llanas albañil y pintor

El uso adecuado de la llana es clave para conseguir superficies lisas y bien acabadas. Sigue estos pasos para manejarla con precisión:

Elige la llana adecuada:

Para aplicar yeso o mortero, usa una llana de acero inoxidable.

Para alisar masillas o acabados finos, opta por una llana de plástico flexible.

Si trabajas con adhesivos para azulejos, una llana dentada es la mejor opción.

Carga la llana con material:

Toma una cantidad moderada de yeso o masilla con una espátula y colócala sobre la llana.

Evita sobrecargarla para mantener un control preciso.

Posiciona la llana en el ángulo correcto:

Mantén la llana inclinada entre 20° y 30° respecto a la pared para distribuir bien el material sin exceso de acumulación.

Aplica con movimientos uniformes:

Usa pasadas largas y consistentes, superponiendo ligeramente cada una para evitar líneas visibles.

La presión debe ser moderada: demasiada presión retira demasiado material; poca presión deja una superficie irregular.

Refina el acabado:

Una vez aplicado el material, suaviza la superficie con pasadas finales más ligeras.

Si es necesario, repasa con una esponja húmeda antes de que el material seque completamente para un acabado aún más fino.

Antes de empezar a aplicar yeso, masilla o mortero, es crucial preparar bien la superficie. Sigue estos pasos:

1. Limpia la pared:

   • Retira polvo, grasa o suciedad con un trapo húmedo.
   • Si hay restos de pintura vieja descascarada, ráspalos con una espátula o lija.

2. Repara grietas y agujeros:

   • Usa masilla o yeso para tapar imperfecciones y deja secar completamente antes de continuar.

3. Aplica una imprimación si es necesario:

   • En paredes muy porosas, aplica una imprimación para mejorar la adherencia del material.
   • Si la superficie es muy lisa (como placas de yeso), usa una imprimación de agarre.

4. Humedece la superficie:

   • En algunos casos, humedecer ligeramente la pared con un pulverizador de agua evita que el yeso seque demasiado rápido y facilite su aplicación.

El mantenimiento adecuado de la llana prolonga su vida útil y garantiza acabados de calidad. Aquí tienes las mejores prácticas:

1. Limpieza inmediata después de cada uso:

   • Lava la llana con agua antes de que el material se endurezca.
   • Usa un cepillo para eliminar restos de yeso o mortero.

2. Secado y almacenamiento correcto:

   • Sécala completamente con un paño para evitar la oxidación.
   • Guarda la llana en un lugar seco, protegida de la humedad.

3. Revisión periódica:

   • Inspecciona el filo y la superficie de la llana; si notas deformaciones o irregularidades, puedes lijarla suavemente para restaurar su suavidad.

4. Lubricación de herramientas metálicas:

   • Para evitar la corrosión en llanas de acero inoxidable, puedes aplicar una capa fina de aceite antes de almacenarlas, especialmente si no las usarás por un tiempo.